martes, 23 de agosto de 2016

Libre



Dejó la gravedad en el olvido
junto a las ataduras que tenía...
Estiró lentamente sus rodillas
y recobrando toda la cordura

caminó por la orilla del tejado
y sin dolor a cuestas, remontó
las alturas temidas por los hombres
siendo libre de dudas o pretextos.

Los hombres lo miraron descender
cuando en realidad iba hacia el cielo...
Su cuerpo se quebró con la banqueta
y su alma conquistó las sinrazones.

Autor: Jorge de Córdoba

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