que no atajan la lluvia ni detienen
al calor. Las jornadas ya se vienen
en mundos de problemas y de apuros.
Los niños no sonríen en la infancia...
parece que comprenden el destino
que nos aguarda en guerra y desatino
impuestos por alguna petulancia.
Me juré detener la degollina
y el problema no fue con el verdugo...
En este mundo clásico y tarugo
prefieren ser un águila-gallina.
Autor: Jorge de Córdoba