¡Qué silencien las coplas del cantor!
¡Es hora que trabaje el escultor
en canteras de plomo y de metralla!
Hombres uniformados con libreas
de conformismo sacro. En su ignorancia
murieron sin dejar una constancia
de su paso por ríos y mareas.
Cargamos el estigma de los muertos
y como tales, somos desechables.
Marcaron nuestra carne con los cables
abundando los reyes de los tuertos.
¿En dónde sepultaron a mis hijos?
¡Las fosas clandestinas se cubrieron
por aquellos que pronto sucumbieron
blandiendo, como espadas, crucifijos!
Autor: Jorge de Córdoba
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