
Los engranes dañados
del hombre
escondidos por
santos del clero
se describen pecados
sin nombre
ocultos por la gaita
y pandero.
Intentaste que todo
se fuera
con olvidos pactados
y tontas
soluciones. Acaso se
muera
con salidas dementes
y prontas.
Por un mundo pagado
de si
que se siente patrón
con esclavos...
me recuerda a un
mono y maní,
espulgando sus
piojos con clavos.
Autor: Jorge de
Córdoba
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