jueves, 8 de diciembre de 2016

Mujer de paso



Qué triste se le mira a la madona
que de virgen no tiene ni el cabello...
¿Cómo explicar que inspira del resuello,
que es calor, y no amor, lo que pregona?

Si tiene alternativas, no las usa.
Posiblemente tenga, por su gusto,
mil amantes atados en el busto
que quieren arrancarle piel y blusa.

Se adivina en sus ojos una idea
-que ensombrece un instante su belleza-
de pronto le abandona la cabeza
y regresa a su oficio en la marea.

Si la viera feliz en otro entorno...
sabría que su vida es su elección.
Sin embargo, ya en otra dirección,
la vi triste, cargada de bochorno.

No podemos juzgarla de ninguna
manera. ¡Me maldice la impotencia!
Esta vida no tiene luz ni ciencia:
es el pobre, el fregado, quien ayuna.

¿Cómo ayudarla;
sin ofenderla?

Autor: Jorge de Córdoba

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