domingo, 6 de noviembre de 2016

El temor de dios

Cuando descubrieron los cielos
cómo me podían destruir
no dudaron en hacerlo
y de la vulnerabilidad, hizo mi epitafio.

Se llevó a mi hijo... 
me mandó al infierno.

Ahora soy cazador de dudas y tropiezos...
de sus iniquidades y contradicciones.
Soy quien devela las incongruencias
buscando un solo resultado posible:
Su destrucción.

El mundo todavía no quiere verlo...
aún les asusta quitarse el paño de los ojos.

Al comer del fruto prohibido no nos vimos desnudos;
nos vimos completos.

Y eso asustó más a dios que a los hombres.
 
Autor: Jorge de Córdoba

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