se mueren al calor de indiferencias.
El aroma de llanto y pestilencias
es la marca de quienes las mataron.
El cielo, ya no llueve, solo llora.
El peligro que nuestras flores tienen
se asemeja a los males que se vienen
presentando de forma abrasadora.
La vergüenza que moja mis mejillas
no sirve para nada en este México.
Debemos expulsar de nuestro léxico
el subsistir postrados de rodillas.
Autor: Jorge de Córdoba
tienes espacios de lectura, reflexion y poesia realmente muy buenos!!!! Saludos
ResponderEliminar¡Hombre, Eli!
Eliminar¡Te gusta sacarme los colores!
Lamentablemente el afán de vivir resignados nos está llevando al matadero sin que la sociedad levante un dedo en su propia defensa.
Un abrazote.